La Agencia Vasca de Protección de Datos ha abierto una investigación por el error cometido en el envío de 250 multas del Ayuntamiento de Bilbao -de una remesa de 8.000- el pasado diciembre. Debido a un fallo en la impresión de los documentos, a doble cara, hubo un cruce entre las denuncias de tráfico y las direcciones, de modo que a cada destinatario le llegó la multa de otra persona. Una afectada ha presentado una reclamación por la revelación de sus datos personales y del procedimiento sancionador en el que está inmersa, ya en la vía ejecutiva, a sus vecinos.
La denunciante vive en un municipio pequeño y trabaja como médico desde hace varios años. Fue uno de sus pacientes, durante una consulta, quien le informó de que había recibido una multa a su nombre. Una situación rocambolesca que le ha perjudicado porque en su profesión «es vital mantener una buena imagen pública» para inspirar confianza, según explica en la denuncia.
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