El teléfono, móvil o fijo, se ha convertido en una de las principales vías para ir a la caza y captura de clientes. Librarse de esa publicidad no deseada es tan sencillo como apuntarse a un fichero de exclusión que mantenga protegidos nuestros datos.
A veces, los métodos de este tipo de marketing agresivo no sólo suponen una molestia, sino que pueden rozar el acoso, con una insistencia que no entiende de horarios ni de fines de semana. Con el agravante de que este tipo de llamadas pueden estar realizadas desde Sudamérica y no se tiene en cuenta la diferencia horaria con España.
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