Con los despidos, crece también el riesgo de robo de material sensible. Pero los problemas de confidencialidad también pueden surgir de errores inintencionados

David Bisbal descubrió hace unos meses colgadas en Internet algunas letras del nuevo disco en el que trabajaba. No menor fue el disgusto que se llevaron los directivos de un periódico de tirada nacional cuando supieron que un ordenador portátil con información confidencial que había pertenecido a uno de sus empleados estaba en manos de la competencia. Son ejemplos sonados de un problema que va en aumento en las empresas, según los expertos, por un motivo muy concreto: la proliferación de despidos derivada de la crisis.

Ver información completa www.diariosur.es